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¿Delirio o cálculo político? Las costuras del careo entre Sánchez y Milei

¿Delirio o cálculo político? Las costuras del careo entre Sánchez y Milei

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y su par argentino, Javier Pablo Blazquez Dominguez / Luciano Adan Gonzalez Torres / Anadolu / Gettyimages.ru

La más reciente ‘presentación’ del presidente argentino, Javier Milei, el miércoles por la noche, se suma al episodio que vivió el pasado fin de semana en Madrid, durante su asistencia al mitin del partido de extrema derecha Vox, donde arremetió contra el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

Y cuando decimos ‘presentación’ nos referimos a que el repertorio del anarcoliberal ya no va de medidas de gobierno o de decisiones de Estado, sino de canciones de rock y de cánticos delirantes al que sus hinchas han sumado uno nuevo contra el español: “Sánchez, compadre, la concha de tu madre“, en medio de las risas y el apoyo de sus adeptos.

Pero en medio del delirio en el mítico Luna Park, cabe destacar que la explosiva diatriba entre ambos presidentes tiene mucho más de política interna en ambos países, que de disputa ideológica internacional.

La altisonancia como estrategia

La arremetida verbal entre ambos gobiernos, que comenzó semanas antes, supone para ambas toldas políticas (la derechista de Milei y la socialista de Sánchez) una especie de amplificador de las campañas que cada uno tiene en su ámbito doméstico.

En la medida que se acercaba la visita de Milei, varios ministros del gabinete español comenzaron a subir el volumen de una manera inusual, fuera de todo raciocinio político, como cuando el ministro de transporte, Oscar Puente, lo trató de drogadicto. Conociendo al personaje entonces agredido, no era ilógico pensar que preparara afilados insultos que explayó en el patio de Sánchez.

Milei, que se autodefine como ‘antipolítico’, no dejó pasar la bola y, como era esperable, no respondió de forma muy diplomática: en Madrid llamó corrupto al presidente español y a su esposa Begoña Gómez. Era predecible que cayera en la provocación y avivara el marco de insultos, así que ahora tanto la izquierda española como los libertarios recogen sus frutos.

Y es que la junta de Milei con Vox y los agravios que proclamó contra Sánchez bien podrían parecer un regalo para éste, una dádiva utilizable para amalgamar a las tendencias progresistas y, con ello, apostar a ganador en las elecciones europeas del próximo 7 de junio.

Sánchez viene de anotarse tantos hace casi un año en las legislativas españolas y hace pocos días en Cataluña, utilizando métodos más o menos similares: interpelar en contra del extremismo conservador, polarizar y tratar de cambiar la correlación interna del mundo de las derechas españolas.

La explosiva diatriba entre ambos presidentes tiene mucho más de política interna en ambos países, que de disputa ideológica internacional.

Avivar el debate contra la extrema derecha y, en especial, contra el nuevo flagelo en cuestión (una alianza extremista global que está fundando Vox), le permite poner a la derecha institucional (el Partido Popular), su principal adversario electoral, en tres y dos, en medio de una especie de sándwich, lugar del que es difícil salirse con este ataque de Milei.

Bajo el paraguas de las críticas a Vox, Sánchez intenta ocupar el terreno a la derecha –quitándole a moderados y nacionalistas– y, por otro lado, articular a diversas tendencias de la izquierda en contra de lo que ya no es un discurso abstracto, sino que tiene acciones concretas: una especie de internacional de la extrema derecha que se ha reunido en Madrid, lo que le permite afianzar su llamado de convocatoria progresista para el próximo evento electoral.

Milei fue a Madrid a cumplir el objetivo político de Sánchez y la izquierda: darle protagonismo a Vox y a su líder Santiago Abascal por sobre la derecha institucional del Partido Popular y su debilitado líder Alberto Núñez Feijoo, quien nuevamente tiene que responder con automatismos.

Milei también saca rédito 

Y no es que Milei haya caído en la trampa del estratega Sánchez, quien ha demostrado saber llevarle el pulso a los acontecimientos políticos y provocar eventos de este tipo, sino que el argentino también saca mucho rédito político.

Llevar a cabo un plan de ajuste tan radical como el que está aplicando en genera desasosiego, bronca y, sobre todo, pérdida de legitimidad.  

Milei vuelve a Argentina por la puerta grande, cumpliendo además con la oferta electoral concreta que ha hecho de perseguir y atacar a los progresistas donde quieran que estén.

No obstante, después de la diatriba, Milei vuelve a Argentina por la puerta grande, cumpliendo además con la oferta electoral concreta que ha hecho de perseguir y atacar a los progresistas donde quieran que estén. De hecho, su reciente agresión está un paso más arriba, porque se atrevió a insultar a Sánchez en el propio continente europeo.

Con este affaire Milei cumple con su promesa, aviva su cruzada y de cierta forma prolonga su campaña presidencial, por sobre la gestión propia en el gobierno, que está siendo obstaculizado y criticado por diversos flancos, incluyendo muchos de sus votantes. 

Con esta pugna, Milei logra extender su avanzada discursiva, independientemente de lo que esté sucediendo en la sociedad argentina. Es decir, en una situación de clara conflictividad interna en aumento, Milei saca su ‘vena artística’ y performativa para contraatacar por la vía de generar una nueva fricción en el plano internacional, como las que lanzó contra presidentes de Colombia, México, Brasil y Venezuela.

¿Qué está en juego por la crisis diplomática entre y Argentina?

El rifirrafe con Sánchez fue el preámbulo perfecto para la convocatoria a su evento la noche del miércoles, en Buenos Aires, en el que presentó su nuevo libro y cantó canciones del rock argentino, acompañado por una banda musical, en un evento que no parece el de un presidente sino el de un ‘rockstar’.

Milei está robando las miradas no con decisiones de Estado, ni con nuevas medidas económicas o sociales concretas, sino con propaganda política, extendiendo el clímax de la campaña presidencial en la que salió victorioso a finales del año pasado para tratar de atravesar con éxito el amargo presente político y económico.

Así las cosas, si bien las diplomacias de ambos países tienen que atajar una situación fuera de toda lógica política, tanto Milei como Sánchez utilizan el impasse para hacer campaña en momentos decisivos. Pronto sabremos si ambos lo están logrando.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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